Incomprensible(s) soñador(es).

viernes, 30 de noviembre de 2012

My own Wonderland.

Un paso más incierto. Otro. ¿Hacia dónde la llevaban sus malditos pies? Realmente le parecía estar caminando en círculos. Qué más daba, si cada vez era menos consciente de la realidad. Sintió una arcada mientras conversaba animadamente con su reflejo en un escaparate, temblando de frío. Alguien la observaba desde el otro lado de la calle, rápidamente entró en su casa, ¿qué clase de loca se ponía a hablar con las paredes? Asquerosa yonki. Así la llamaban. 

Se arrastró por las desiertas calles que pintaban una madrugada igual que la anterior, perdida en una pesadilla que nunca llegaría a creer que no era real. Siempre acababa gritando, intentos inútiles de liberar toda la rabia que la destruía poco a poco por dentro, aunque sólo conseguía que se adhiriera más a ella, como una ventosa. Maldita drogadicta. Así la llamaban.

Y mientras se golpeaba contra la esquina de un almacén, llegó él con su sonrisa de dientes perfectos, blancos y resplandecientes, al igual que sus globos oculares. Ella lo miró sin saber que su mirada delataba su adicción y su sonrisa rota, una obsesión de la que le era imposible escapar. Consiguió articular un 'Ayúdame' mientras se perdía de nuevo en el mundo de sombras en el que la sumía su cerebro alterado. Se desplomó sobre los brazos fuertes de él, los únicos en los que aún se permitía confiar, aquellos que le habían apartado el pelo de la cara minutos antes de sentirse completamente vacía, esos que la habían llevado a casa tras encontrarla durmiendo sobre un oxidado banco tras ser objeto de burla de un grupo de hombres. Aquellos brazos, que, después de todo, tanto había echado de menos. 

Jodida estúpida descarriada. Así la llamaban.

Esos brazos no fueron tan resistentes como ella esperaba, y al dejarse caer sobre ellos acabó con la columna vertebral contrayéndose sobre el congelado asfalto. Esos brazos se desvanecieron y, al abrir los ojos, esta vez a la realidad, se dio cuenta que estaba sola. Sola, otra vez. Sola, como siempre. 



Ella, sólo buscaba escapar de la realidad, una realidad que la había dejado de necesitar






No hay comentarios:

Publicar un comentario